RESEÑA HISTÓRICA
Esta región fue antes territorio ocupado por los Quillacingas y como producto de las colonizaciones surgió la propiedad privada a manos de los Chachinoy, Gelpud, Tautás, Botinas, Masinsoy, dando así origen al asentamiento humano que hoy conforman las veredas: El Campanero, que adquirió vida jurídica a partir de 1940; Bellavista, San Antonio de Casanare, San José de Casanare y Alto Casanare, perteneciente a la gran región de El Campanero que existió hasta 1958 cuando se inició el proceso de desarticulación de la siguiente forma: En 1958 se separa Alto Casanare, en 1976 San Antonio de Casanare, en 1987 Bellavista y en 1994 adquiere su vida jurídica San José de Casanare.
Según la leyenda convertida en Mito, la palabra Campanero procede del término Campana. Cuentan los moradores que unos paisanos provenientes de la región de Las Iglesias tenían la misión de transportar hasta Pasto dos campanas antiquísimas, una grande y una pequeña. Que al pasar por una chorrera existente en lo que es hoy la vereda “El Campanero”, los paisanos sintiéndose fatigados por la travesía y el peso de las campanas, debieron descansar y al pretender reiniciar su viaje, la campana grande se vuelve demasiado pesada y entre más fuerza hacían por levantarla más se enterraba la campana, hasta el punto de que desapareció en el lugar. Desde este momento los habitantes acuerdan denominar a la región como El Campanero dando lugar así a que una leyenda se transformará en mito. Afirman algunos que, en las noches, en cierta época del año, escuchan el sonar de la campana desaparecida.